LAS ALMAS QUE VAGAN POR MI CEMENTERIO

domingo, 17 de enero de 2010

EL CUENTO DEL VIEJO RELOJERO.


La tarde caia, y el viejo relojero echaba el cierre como de costumbre.
Antes de salir se aseguraba de tener todo bien cerrado y ordenado, barria, fregaba y se llevaba a casa un par de relojes para reparar.
A una media hora caminando se encontraba su casa. No saludaba a nadie, la soledad de su trabajo le habia vuelto desagradable, triste y solitario.
Se sentaba a la mesa con su mujer y sus nietos, apenas levantaba la cabeza del plato, casi nunca escuchaba solo hablaba de los relojes y de su viejo trabajo.
Lo que una vez fue un alegre hogar se habia convertido en un sitio gris.
Nada mas acabar la cena se levantaba y se iba a terminar sus relojes, Los pequeños corrian tras el, y el viejo con un ademan los echaba de la habitacion.
El monotono TIC-TAC era su unica vida, se habia abandonado al silencio.
Cada mañana lo mismo, de vuelta a la relojeria sin tiempo para la familia, sin tiempo para nada solo tenia tiempo para arreglar el tiempo de los demas.
Los dias, meses y años solitario con la vida consumida por el tiempo que tanto le habia atrapado.
Su mujer se fue en silencio con sus hijos, pero el siguio con su triste vida con esa agonica muerte en vida, en esa vida sin tiempo y entregada al tiempo.
Fue una tarde de otoño cuando desperto de su gris letargo. Levanto la cabeza de sus relojes se puso la chaqueta y echo el cierre.
Fue en busca de su familia y los beso. Su mujer sorprendida le agarro de sus rugosas manos y el viejo relojero la sonrio como hacia muchos años que no hacia. Acaricio el pelo de los pequeños despeinandolos y estos sonrieron y se marcharon corriendo.
Se marcho en busca de una vieja desconocida para entregarle todo el tiempo que habia desperdiciado en ese viejo y sucio taller. La Muerte le enseño su triste vida y el viejo relojero con lagrimas en los ojos y sin poder dar cuerda a su tiempo perdido para recuperarlo bajo la mirada hacia su reloj de bolsillo y se dio cuenta que siempre habia estado parado y nunca se preocupo de lo suyo.
Cerro los ojos y murio.

lunes, 4 de enero de 2010

SOLO UN FAVOR.



Los dias pasaban y aquella pobre niña seguia igual. Los medicos ya no podian hacer nada, la niña se encontraba cansada, sin fuerzas.
Si los dias eran largos, las noches ademas de frias eran cada vez mas dolorosas.
Aquella pobre niña nacio ciega, y de eso habian pasado cinco largos años llenos de operaciones y sufrimiento.
Por si eso fuera poco, a la llegada del invierno una terrible neumonia se apodero de su pobre cuerpecito.
Un dia frio en el que la madre de la niña se quedo dormida debido al cansancio acumulado, una ventana se abrio de par en par. Un viento helado hizo volar las cortinas llenando toda la habitacion, y una sombra negra paso a traves de ella acercandose a la cama.
La niña temblaba debido a la fiebre y aquella sombra puso la mano en su frente aliviandola.
-No temas niña, dijo la sombra.
-Quien eres, no conozco tu voz ?.
-Soy La Muerte, he venido a buscarte.
Las lagrimas llenaron los ojos de la niña, mientras la calida voz de la muerte entonaba una cancion de cuna, la misma que su madre la cantaba cuando era pequeña.
-No temas alli no tendras dolor y tus ojos tendran luz.
-Antes de irnos, dijo la niña. Me gustaria ver la navidad.
La muerte, estuvo pensando, de golpe se cerraron las ventanas y una agradble sensacion de calor lleno aquella estancia antes helada.
La muerte agarro de la mano a la niña y en un momento se transportaron a una epoca en la que las calles se encontraban llenas de nieve, los pavos se vendian por las calles y la gente cantaba y se dedeaba felicidad.
La niña, no cabia en si. Lo que nunca habia visto ahi estaba, toda la felicidad, todos sus sueños ahi estaban, en una epoca pasada pero daba igual.
La niña miro a la muerte a los ojos, eran negros y muy tristes, solo un ultimo favor, dijo. Quisiera ver a mi mama.
La muerte cogio a la niña de la mano y la llevo al salon de su casa donde su madre descansaba.
La niña miro a su madre, sonrio y la beso en la cara.
Se dio la vuelta y le dijo a la muerte vamonos.
La muerte sonrio y cerrando los ojos de la niña se llevo su alma.