Como un malabarista, mi alma se mece en una cuerda floja, en un oscuro abismo, en un pozo sin fondo en el que la negrura es su única compañía.
Cayendo sin red al vacío, saltando sin un arnés que me sujete a ti.
Perdida la confianza, el dolor se hace tan grande como una herida que no llega a cicatrizar nunca.
Los recuerdos se van guardando en cajas que cierro con lazos de colores, uno para cada estado, uno para cada momento.
Es hora de recoger el pasado y cerrar la puerta.
Es hora de esforzarse en abrir el futuro, por muy dura que este la puerta en algún momento cederá.
Tu, siempre estarás ahí, sonriendo como al principio, así te recordare, o eso me gustaría poder controlar mi cabeza.
Nuestros cuerpos no pueden estar cerca, pero desde el interior mas oscuro de nuestra mente, allí estaremos, jugando como niños, ajenos al resto, felices para siempre.
LAS ALMAS QUE VAGAN POR MI CEMENTERIO
sábado, 19 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
OSCURO DIA.
Oscuro día de lluvia, frío y silencioso.
Tan solo el repiqueteo de las gotas en la ventana acompañan mi tristeza.
Adormecido, leyendo tus ultimas cartas al lado de la chimenea.
De pronto alguien llama a la puerta.
Sin ganas me levanto, cansado camino hacia la entrada, abro y allí estaba ella.
Pero un momento, su pelo ya no es dorado ahora es tan negro como la noche,
tan oscuro como mi ultima pesadilla.
Su alegre rostro rosado ahora es pálido, blanco como la nieve.
Que vienes a buscar?, pregunte.
Sin desviar la mirada de mis ojos me dijo con una voz de ultratumba que se
mezclo con el trueno que en ese preciso instante se alió con la muerte.
-Tu alma, amor mio!.
Me quede paralizado un instante. Avance hacia ella y me envolvió con su oscuro vestido.
Tan solo el repiqueteo de las gotas en la ventana acompañan mi tristeza.
Adormecido, leyendo tus ultimas cartas al lado de la chimenea.
De pronto alguien llama a la puerta.
Sin ganas me levanto, cansado camino hacia la entrada, abro y allí estaba ella.
Pero un momento, su pelo ya no es dorado ahora es tan negro como la noche,
tan oscuro como mi ultima pesadilla.
Su alegre rostro rosado ahora es pálido, blanco como la nieve.
Que vienes a buscar?, pregunte.
Sin desviar la mirada de mis ojos me dijo con una voz de ultratumba que se
mezclo con el trueno que en ese preciso instante se alió con la muerte.
-Tu alma, amor mio!.
Me quede paralizado un instante. Avance hacia ella y me envolvió con su oscuro vestido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)