LAS ALMAS QUE VAGAN POR MI CEMENTERIO
martes, 17 de agosto de 2010
UN PASEO DIFERENTE.
La tarde languida paso. Dejando una estela sombría en mi alma.
El viento ululaba a mi alrededor como queriendo adueñarse de la calle.
Me abroche el abrigo hasta arriba y camine sin rumbo, absorto en mis pensamientos.
No se cuanto tiempo estuve deambulando, pero perdí la noción del tiempo. Cuando levante la mirada, el reloj de la vieja torre del campanario estaba marcando las doce.
Empezó a sonar el típico carrillon con su repetitiva musiquilla, música que se distorsionaba al cruzarse con el aire que parecía divertirse robando los sonidos.
El campanario se encontraba en la iglesia antigua que se encontraba en un estado de abandono bastante grande, desde que la gente dejo de asistir a los oficios al enterarse que el lugar hace siglos fue un cementerio, y comenzaron a oírse historias que atemorizaban a los feligreses.
El viento se acercaba cada vez mas a mi.
Note el frío aliento de las almas atravesando mi cuerpo.
Escuche niños jugando, riendo. Grandes damas y niñeras paseando carritos. Caballeros de chistera consultando sus relojes de bolsillo, sincronizando la hora con la de las agujas del campanario.
Vi sus cuerpos etéreos vestido con trajes de una época olvidada.
La música se detuvo en seco.
Las campanas empezaron a tañer, con un sonido languido y mortecino.
A cada toque de campana, un lamento de dolor, una suplica pidiendo descanso, almas negras buscando un lugar para descansar, pidiendo la paz eterna que alguien una vez les arrebato, llevándose sus huesos no se sabe donde, abandonando lo que antes estaba lleno de vida.
Doce campanadas sonaron, después el silencio.
Un silencio perturbado por el silbido del viento.
Todo desapareció, como en una pesadilla.
El viento se fue acompañando los lamentos, dejando paso a una niebla con olor a rancio, a muerte.
Me senté en el suelo. Con la espalda apoyada en la carcomida puerta de madera.
Encenderé una vela por ellos, para que vean una luz y espero que les sirva.
No puedo hacer mas por ellos.
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Bufff que sensación, espectador y protagonista a la vez. He sentido el viento y me has transportado a ese lugar.
ResponderEliminarUn abrazo desde el lado oscuro
Tenes un gran conocimiento de estos temas.
ResponderEliminarLo digo por todo lo que en un solo cuento corto has logrado resumir.
La narración es muy buena.
Saludos
Por un momento me sentí no se deambulando como alma perdida, o como transeúnte de la calle y época que nos describes…
ResponderEliminarEn todo caso, fue un placer adentrarme en tu texto…
Bsos