UN VIAJE RAPIDO.

Sonó el timbre de la puerta a eso de las seis de la mañana, no la esperaba tan pronto.
Me levante de la cama y fui hacia la puerta, tranquilo me dije.
Mire por la mirilla y no se veía nada, así que abrí la puerta.
Y allí estaba, en un rincón, oculta por las sombras del amanecer cubierta con su enorme capa.
Hacia frío y la invite a pasar mientras me vestía.
No me lo creía, había venido a buscarme, tanto tiempo esperando y ahí estaba sentada en el salón de mi casa.
Cogí lo primero que vi, estaba demasiado nervioso como para andar eligiendo.
-Ya estoy preparado, cuando quieras.
Se levanto despacio, era bastante alta, su piel balnquecina resaltaba entre su ropaje negro, pero lo que mas me impresiono fueron sus ojos, enormes y negros, como un pozo sin fondo.
Salimos a pasear sin prisa, el viento arreciaba en cada esquina.
La ciudad se empezaba a levantar.
Me agarro del brazo, me miro y me dijo que si todavía quería ir con ella.
La dije que si, sin pensar.
De pronto nos paramos en frente de un bar al que solíamos ir. Cientos de recuerdos pasaron por mi cabeza, risas, alegría y buenos momentos.... sonreí.
Se giro y me envolvió con su capa oscura. Fue como un viaje muy rápido, sin dolor.
De pronto vi mi cuerpo muerto en el suelo, y mi alma con ella, con la mujer que tanto ame.