Una soleada mañana primaveral, el olor a flores, hierba y pajaros cantando acompañan al cotejo fúnebre.
Dentro en su ataúd, ella.
La que fue mi amor, la que fue mi vida. La que se lleva dentro de esa caja de madera mi alma.
Veo pasar bajo mi ventana camino del cementerio viejo el féretro llevado a hombros por cuatro familiares a los que ella detestaba.
Suena la campana de la iglesia. Toca a muerto.
En ese mismo momento el inoportuno móvil.
ES ELLA!!!.
Es imposible, no puede ser. Estas muerta dije cuando descolgué.
Te amo. Me dijo.
y se corto.
Corrí hacia el cementerio como un loco, marcando su numero una y otra vez, pero estaba apagado.
Cuando llegue estaba enterrada.
Te amo, me dijo. Te amo. Y se corto.
A la mañana siguiente el vigilante del cementerio encontró mi cuerpo sin vida tumbado al lado de la lapida de mi amada.
Y mi móvil volvía a sonar.
Dios mío, me hizo llorar... No sabría que hacer si la persona a la que amo muriese, perderle para siempre... siempre... esa es la palabra que nos exime de pensar en lo peor, en la muerte, en los imprevistos, en el dolor, en la injusticia, en los imponderables... Lo cierto es que la vida se maneja bien distinto... nos sobresalta, nos confunde, nos enoja, nos cambia los planes, y cuando nos acostumbramos, nos lo vuelve a cambiar.
ResponderEliminar.·.Mordiscos.·.
¡ como de costumbre eluge me dejas turbado en mi infierno con escritos asi dan ganas de no apagar el brillo de los ojos nunca
ResponderEliminarfeliz verano eluge y siempre un placer leerte aun que te prodiges poco por tu blog
Elugee, tienes dos premios esperándote en mi blog!! besos
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